sábado, 21 de marzo de 2020

Diario de a bordo

Diario de a bordo


Lunes, 9 de marzo

Partimos a las 17:00h hacia la tierra prometida: Ciudad Esmeralda. El capitán reunió, por primera vez, a la tripulación y nos dividió en seis grupos con el objetivo de distribuir los quehaceres del barco: pesca, cocina, limpieza, guardias nocturnas…Yo, Melticades Maldía, hijo de Calisto de Rojas y humilde y fiel servidor de la reina de Corazones, tuve el honor de ser proclamado escritor del diario de a bordo.

Nadie conocía al capitán ni había oído hablar de él. Se presentó como J.M y, a juzgar por su acento, parecía extranjero. Los marineros no pudieron soportar tanta incertidumbre y acribillaron al capitán con miles de preguntas, las cuales respondió de forma clara y concisa. Así descubrimos que procedía de un lugar temido por todos, al que nadie había osado llegar, pues estaba situado más allá del muro: Alcoy.




A las 18:00h el capitán nos soltó un discurso sobre la importancia de apresurar nuestro viaje para llegar a Ciudad Esmeralda en 80 días. Insistió en la necesidad de invocar a Eolo, dios de los vientos. Para ello, debíamos realizar una especie de ritual durante el atardecer, el cual consistía en mover rápidamente las manos y los pies, al mismo tiempo que pronunciábamos unas poderosas palabras mágicas. Se trataba de una danza ancestral que los antiguos piratas utilizaban para llegar antes a su destino. Así lo hicimos todos, excepto el capitán, el cual nos observaba en silencio, pero sonriente.

Cuando terminó el ritual, todos volvimos a nuestros lugares de trabajo. Debo confesar que, antes de asignarme este cometido, el capitán decidió realizar una prueba de caligrafía a los únicos dos marineros que sabíamos leer y escribir con fluidez.  Nos pidió que leyésemos algunos manuscritos en voz alta para que el otro lo escribiera. Debían ser muy antiguos porque ninguno de los dos consiguió descifrarlos. Nos hizo escribir algo tal que así:


Puede que se tratase de antiguas coordenadas o de un idioma desconocido. Lo importante es que, finalmente, yo fui el elegido. Quiero pensar que el capitán me ofreció el puesto por mi prosa elegante, mi letra entendible y mi extenso vocabulario, y no porque mi rival escribiera ‘barco’ con ‘v’.

A las 20:00h, el capitán nos pidió que le pusiéramos nombre al barco y, después de un largo debate, decidimos llamarle: Melpómene. Es bien sabido por todos que, para ahuyentar la mala suerte, los barcos deben poseer nombre de mujer. A pesar de que algunos de los navegantes se opusieron rotundamente, al capitán le pareció buena idea ponerle el nombre de una musa griega.

Media hora después, el ayudante e íntimo amigo del capitán, Lázaro de Serpis, nos reunió a todos para contarnos una historia fascinante sobre piratas, princesas y tesoros escondidos. Todo ello, acompañado de ilustraciones, las cuales utilizó para dar veracidad a su historia. Sin embargo, no llegamos a conocer el final. Tendremos que esperar a que vuelva a anochecer.








Act. 1 Lectura

a.      Encuentra las referencias literarias en el texto e indica a qué obra y autor pertenecen.

Act. 2 Oralidad
a.      Relaciona: ¿Cuáles de estas herramientas digitales (TIC) crees que serían las más adecuadas para los siguientes personajes literarios de espíritu viajero?  Razona tu respuesta.




Act. 2 Escritura
a.      Escribe un microrrelato de 20 palabras que incluya los siguientes términos: ‘catalejo’, ‘proa’, ‘capitán’


Act. 4 (Optativa): Crea tu nombre pirata accediendo al siguiente enlace y coméntalo con tus compañeros:  http://piratename.panmovie.com/intl/la/




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